sábado, 24 de octubre de 2009

Mi recuerdo más antiguo. De cómo quien suscribe comprendió que las culebras eran “animales” a los cuales temer

Por Jochi Muñoz

Corría el año 1957. Por ese entonces mi padre había decidido que toda la familia (él, mi madre, mi hermano pequeño, de meses de nacido; y yo) nos mudásemos a una pequeña comunidad del nordeste del país, para trabajar en un sembradío de arroz. De ahí el mucho verde que recuerdo. Vivíamos en una casita de madera de tres piezas (la que me parece estar viendo), por cuyo patio corría uno de los canales destinados a la irrigación del arroz. A la sazón, tenía 2 años y medio de edad, aproximadamente.

Recuerdo que una tarde estaba parado cerca de la orilla del canal, mientras mi madre tomaba un baño en el mismo, tal y como hacía a menudo, cuando de pronto diviso dos culebras que se dirigían hacia el agua. Le grito: ¡Culebra, mami…, culebra!, mas ella no me presta atención o no me escucha, ya que estaba entrenida hablando con una amiga que también tomaba el baño. Grito más fuerte, logrando ahora suscitar su atención, y alarmada me pregunta qué dónde están. Las señalo, y ella logra verlas, justo en el momento en que los ofidios entraban al agua.

Si alguna vez tuviese que representar el terror de alguna manera, esa sería la del rostro de mi madre. De dos saltos salió del agua, y huelga decir que esas tardes de placenteros baños en el canal, concluyeron. Nunca más, ni ella ni yo, nos acercamos al mismo. Días después, nos mudamos.



(Este texto fue escrito atendiendo a una solicitud abierta hecha por una artista [de cuyo nombre no puedo dar cuenta, ya que no lo recuerdo, y cuya dirección electrónica perdí] para ser incluido en un libro que preparaba sobre los recuerdos más antiguos de otros artistas.)

Hoy sábado 30 de octubre de 2009, la estimada Belkis Ramírez me escribió dándome el nombre que no recordaba: Alexia Tala, artista chilena que actualmente reside entre su país natal y Londres.

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