viernes, 29 de abril de 2011

Saludos en el Día de la Danza

Un saludo cordial en este 29 de abril,
Día Internacional de la Danza.

Jochi Muñoz


(Imagen; "Variación para un retablo" [2004], pieza de Jochi Muñoz, en la puesta para la "Gran Gala del Día Internacional de la Danza", en 2008, en la Sala de la República del Teatro Nacional. Intérprete: Jochi Muñoz)

martes, 19 de abril de 2011

El Cisne negro. Un análisis silvestre

El Cisne Negro
Un análisis silvestre

Por la Lcda. Miguelina Justo

Encuentro a propósito del Mes de la Danza
Miércoles 6 de abril de 2011
Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, Recinto Santo Tomás de Aquino (PUCMM-RSTA)





De izquiera a derecha: Félix Manuel lora (Crítico de cine), Eduardo Villanueva (Artista de la danza) y Miguelina Justo (Psicóloga)


Cuando la profesora Carolina Caba nos presentó la idea de realizar un encuentro para hablar sobre la película El Cisne Negro, en el marco del Mes de la Danza, sentí gran alegría. Considero que esta iniciativa constituye un modelo para una educación en la interdisciplinariedad, tan necesaria para todos nosotros que buscamos aproximarnos al conocimiento de la Verdad. Felicito al Prof. Jochi Muñoz por la propuesta, y a todos aquellos que han contribuido con su planificación y ejecución, y a ustedes para responder a la convocatoria con su presencia.

He decidido dividir mi exposición en tres partes: El análisis psicológico de la película, su vinculación con los aquí presentes y, por último, deseo plantearles un reto, hacerles una invitación.

El cisne negro, la trama que presenta, los personajes que intervienen me resultaron de especial interés desde el punto de vista psicológico. Les propongo una breve lista de algunos de los síntomas de trastornos mentales que pueden apreciarse en la película, específicamente en su protagonista, Nina.

o Como pudieron observar los que vieron la película, Nina vomita, rechaza la comida, pierde peso, todos síntomas que bien pueden encajar en un trastorno alimentario, como la conocida anorexia nerviosa.
o Constantes alucinaciones e ideas delirantes. Posible esquizofrenia paranoide. Nina responde ante una realidad amenazante que solo existe en el mundo que ha construido. Padece, así mismo, de alucinaciones táctiles, visuales y auditivas que constituyen los ladrillos de la cárcel en la que vive.
o Disociación, manifestada en la despersonalización extrema. Nina es observadora de sí misma, de ese cuerpo al que somete para alcanzar la tan ansiada perfección. Nina observa como la otra Nina, la que vive en ella, se automutila. Podría estar padeciendo de un trastorno que comparte, tal como señala Jenike y col. (2001), síntomas similares a trastorno obsesivo-compulsivo: es ritualista, se utiliza para aliviar tensión, se presenta en una persona con un sentido del yo alterado. Este trastorno es conocido como Rascado cutáneo compulsivo, o Excoriaciones neuróticas. Observamos las lesiones de Nina en la espalda. Interesante las herramientas utilizadas por la madre para evitar el rascado, todo lo que aconsejamos los psicólogos que trabajamos con este tipo de trastornos psicodermatológicos: el cortar las uñas y el uso de manoplas, o medias, a modo de guantes.
o Nina presenta un deseo sexual hipoactivo. Parecería no interesarle el encontrarse sexualmente con nadie. Podríamos hasta dudar de que en alguna ocasión esto haya llegado a materializar. Observen que accede a masturbarse como parte de una tarea, algo que debe cumplir.
o Nuestra bailarina se enfrenta al más grande reto de su carrera el personificar a los disímiles cisne blanco y cisne negro. Esto se convierte en una fuente generadora de estrés que deriva en la sensación de aturdimiento, irritabilidad, agotamiento, lagunas mentales que observamos en ella, y que son propias de las personas que padecen del trastorno de estrés agudo.

La lista podría continuar, sin embargo, existe un trastorno que considero agrupa todos estos síntomas, y otros más que en lo adelante señalaré: Trastorno complejo de estrés postraumático o por estrés extremo, de otra manera no especificado, o por sus siglas en ingles, DESNOS, Disorder of extreme stress not otherwise specified. Este diagnostico aún no ha sido aceptado por la Asociación Americana de Psiquiatría, quien es la responsable de la edición del Manual Estadístico de Trastornos Mentales, conocido como el DSM, biblia de los proveedores de salud menta.

El DESNOS ofrece criterios diagnósticos, que sirven de marco para agrupar síntomas. Me permito concluir que Nina podría estar padeciendo de este trastorno, ya que presentaba:
o Alteración en la regulación del afecto y de los impulsos, como son la irritabilidad, las conductas autodestructivas de automutilación, la toma excesiva de riesgos, como cuando acepta ingerir sustancias psicotrópicas.
o Alteración de la atención y la conciencia, como mencionábamos, episodios de despersonalización y de disociación, así como pérdida de memoria o lagunas mentales.
o Alteración de su auto-percepción: idea de estar dañada, de no ser lo suficientemente buena.
o Alteración en la relación con los otros: inhabilidad para confiar. Fíjense que Nina vive estos conflictos sola, en completo aislamiento. Desconfía de quienes se le acercan y se esconde detrás de la única persona que en principio podría ser su confidente, su madre. Pero de esto hablaremos más adelante.

Apelaremos a la terapia familiar sistémica para explicar la dinámica bajo la cual se gestan estos síntomas. Nina y su madre forma una díada patológica, marcada por una relación simbiótica donde no existen límites entre una y otra de estas mujeres. La madre busca realizar su sueño a través de su hija. Nina asume este anhelo como el propio. Presume que convertir en realidad el sueño de la madre, es su tarea, aquello que brinda sentido a su existencia. Nina conoce el amor condicionado. Está segura que solo si logra este sueño, puede ser digna del amor de la madre. Recordemos algo, puede o no ser cierto, pero ella, Nina, lo experimenta de esta manera: debo ser perfecta para que me amen, para yo misma sea digna de mi propia aceptación.

La madre, en al lenguaje freudiano, seria la madre castrante. Aquella que no permite crecer: viste, desviste, se preocupa, cobija, alimenta, hace tantas cosas, que no permite que Nina crezca. Nina intenta alejarse, crecer, cuando la madre intenta protegerla. Sale a divertirse, se droga, se encuentra con desconocidos, no mide consecuencias. Sin embargo, sus intentos son infructuosos y torpes, sirven solo para confirmar a la madre que necesita ser controlada, que otros decidan por ella, ya que su capacidad de juicio es limitada. Claro, esto se observa al final, cuando sin consultar a la propia Nina, decide que lo mejor es se quede en casa. ¿La vida le dará la razón? Puede o no ser. La madre, antes, intenta dejar de hacer, fíjense que no la despierta como era la costumbre cuando Nina se queda dormida después de una noche de juerga. Nina responde reclamando. Esto nos confirma que la patología es cosa de dos: Nina desea crecer, pero no quiere, desea alejar a la madre, pero no quiere.

Recordemos algunas escenas que nos ilustran esta relación desconcertante entre Nina y su abnegada madre:
o Los mensajes contradictorios de la madre: por un lado “eres capaz”, por otro lado “todos sabemos cómo terminará.
o El regalo del bizcocho: ¿para quién es el regalo?






Parte del público asistente al conversatorio sobre BLACK SWAN








Bueno, basta ya de análisis técnicos. Ahora quiero detenerme en el segundo punto. Nina somos todos. Nina es la protagonista de la película, como así cada uno de los que estamos aquí somos protagonistas de nuestra vida. El antagonista de ambos, de Nina y de nosotros, es el mismo: el miedo. Miedo a no ser queridos, a no ser perfectos, miedo al fracaso, al rechazo, al abandono, miedo a dejar de existir, a no ser aquello que pensamos debemos ser. Miedo del miedo, como nos canta Pedro Guerra. El miedo compromete nuestros sentidos, disponiendo filtros que alteran nuestra percepción y evaluación de lo que sucede. El miedo, cual cirujano, produce una escisión perfecta al interior de la persona, creando una realidad alterna, un personaje, aquel que actúa de acuerdo al argumento de la obra a presentar. Todos, lamentablemente, todos hemos llegado a experimentar lo que supone el estar siempre atentos a lo que debo decir, debo hacer, aquello que debo ocultar o debo sentir, todo para evitar el temido rechazo o para alcanzar la droga predilecta, el halago, que nos convierte en emborracha.

El miedo es una serpiente de siete cabezas. Le cortamos una y pronto las otras se acercan para morder. Nina experimentó esto: tenía miedo de no ser escogida para el papel, una vez lo logró, no descansó el miedo y tomó otra forma, entonces tenía miedo de perder el papel, miedo de que la sustituyeran.

El conocido terapeuta Víctor Frankl, en su clásico libro: El hombre en busca de sentido dice, traduzco textualmente: el miedo es la madre del evento. El miedo crea las condiciones para aquello que tememos, se haga realidad. Fíjense que su deseo de perfección, racionalidad pura, era el abismo a saltar; se constituía en el obstáculo para la perfección, que suponía poder integrar la técnica con la emoción, elemento asociada a la sexualidad, desde el punto de vista freudiano, como energía vital, no en los términos actuales, donde hemos reducido la sexualidad a genitalidad. Paradójicamente, Nina logra sentirse plena, perfecta, para respetar su cosmovisión, solo cuando asume como parte suya esa otra realidad oscura que vive en su interior y que ya no necesita excluir y proyectar en otros: madre, compañeras de la compañía de baile, director. Ella es la brisa de la tarde y su calma, el cisne blanco; ella es el huracán y fuerza, cisne negro.

Tarde lo entendió. Tarde. Su deseo de aniquilar lo indeseable, le llevó a aniquilar lo que era apreciable también, su vida.

Que no sea así con nosotros, que luchemos para integrar nuestras luces y nuestras sombras, capaces de vivir el presente con valentía, abandonando al hermano miedo, y así, abrazando la vida y aceptándola en sus propios términos.

Nos encontramos en una universidad que pretende predicar valores cristianos, hagámoslo por un rato y recordemos las palabras de Juan: donde hay amor, no hay temor, el amor echa fuera el temor, dicen otras traducciones.

Quiero concluir con las palabras de un autor a quien tengo especial admiración y cariño, Anthony de Mello, sacerdote jesuita, nacido en la India. He realizado con ayuda de Daniel del Villar una adaptación a uno de sus cuentos:

El Maestro le dijo a un bailarín:
“Cualquier bailarín que desee triunfar ha de trabajar incansablemente durante infinidad de horas. Pero sólo a unos pocos les es dado liberarse de su miedo mientras danzan. Y cuando esto sucede, surge la obra maestra”.

Más tarde, le preguntó un discípulo:
“¿Quién es un Maestro?” El Maestro le respondió: “Cualquiera a quien le sea dado liberarse de su miedo. Y, a partir de entonces, la vida de esa persona se convierte en una obra maestra”.

jueves, 14 de abril de 2011

Hablemos sobre BLACK SWAN

Desde 1982, la UNESCO declaró el 29 de abril de cada año, como Día Internacional de la Danza, para exaltar la labor de tantos hombres y mujeres dedicados al cultivo de esta disciplina, quienes, desde sus diferentes posiciones y oficios, no cejan en sus afanes. Así, bailarines ejecutantes, profesores, directores, ensayadores, críticos, teóricos, historiadores… tienen su día de celebración, de la que no se excluyen a los bailadores populares, ni a los folks, ni a los ocasiones que lo hacen de manera recreativa.

La fecha elegida, corresponde a la del natalicio Jean George NOVERRE (París, 29 de abril de 1727 - Saint-Germain-en-Laye, 19 de octubre de 1810), bailarín, coreógrafo, maestro de ballet, teórico de la danza, investigador… gran reformador del ballet, muchas de cuyas modificaciones aún son tenidas en cuenta. Ese día es una buena “excusa” para reunir a todos los géneros dancísticos para celebrar, remontando todas las barreras y uniendo al mundo en aras de la amistad y la paz con un lenguaje común: la danza. Pero las celebraciones no se limitan a sólo ese día, sino que tienen lugar durante todo el mes de abril, el que se ha dado en llamar Mes de la Danza.

La Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) que tiene como meta formar profesionales integrales, ofrece a sus estudiantes la oportunidad de ponerse en contacto con diferentes manifestaciones artísticas, a través de los grupos adscriptos al Decanato de Estudiantes, entre los que están, precisamente, los de danza. La Coordinación de Danza, del Recinto Santo Tomás de Aquino, de esta Alta Casa de Estudios, se sumó a estas celebraciones en torno al Día Internacional de la Danza, mediante la celebración de un conversatorio, efectuado el miércoles 6 de abril, sobre una importante película, Black Swan, cuya trama se desarrolla en el ambiente de la danza.

De izquierda a derecha: Jochi Muñoz, Félix Manuel Lora, Carolina Caba, Eduardo Villanueva y Miguelina Justo



Hablemos sobre BLACK SWAN, fue la actividad propuesta por quien esto escribe, y en la que, precisamente, hablamos acerca de esa obra del director Darren Aronofsky, por considerar que el tema tratado: la lucha por alcanzar una meta a costa de la aniquilación personal, constituiría un elemento de reflexión para los estudiantes, y les permitiría extrapolar el conflicto planteado a otros ámbitos del quehacer humano. En la actividad, conducida por la Prof. Carolina Caba, Encargada del Dept. de Arte y Cultura, intervinieron tres estupendos invitados: Félix Manuel Lora (cineasta y profesor de la Institución), Eduardo Villanueva (bailarín, profesor y exdirector de dos compañías de danza) y Miguelina Justo (psicóloga y profesora de la Institución), quienes, de manera puntual, abordaron el tratamiento de la película desde sus respectivas áreas profesionales. A la actividad asistió el Lic. Frank Luis de la Cruz,Decano de Estudiantes, del Recinto; algunos profesores; miembros de las agrupaciones artísticas; como, también, estudiantes de las asignaturas electivas de danza, música y teatro.