El presente texto fue leído durante el III Fórum Nacional de Danza, organizado por Ballet Nacional, y celebrado en el Auditorio del Museo de Arte Moderno, de Santo Domingo, el viernes 29 de abril de 2016, Día Mundial de la Danza. Una versión más corta del mismo fue leída también en el encuentro “Conversando con los artistas”, enmarcado dentro de la celebración del Día Internacional de los Museos, el miércoles 18 de mayo de 2016, llevado a cabo en el mismo lugar donde fue realizado el Fórum de Danza. Los artistas invitados a este encuentro fueron tres artistas del Performance Art: Sayuri Guzmán, Joan Jiménez y Jochi Muñoz. Aquí comparto con ustedes la versión íntegra del texto en cuestión.
III Fórum Nacional de Danza
29 de abril de 2016
En el recodo del Performance
Por Jochi Muñoz
Buenas tardes, señora Mercedes Morales, Directora Ballet Nacional; profesores, bailarines, estudiantes, señores y señoras. Agradezco la deferencia que se tuvo con mi persona al invitarme a participar como ponente en este III Fórum Nacional de Danza, organizado por el Ballet Nacional.
Empezaré mi intervención pasando una serie de imágenes, sin orden ni concierto, como pueden
ocurrir esas cosas en un día cualquiera.
[PASAR IMÁGENES A VELOCIDAD RÁPIDA]
Se me ha pedido que agote mi turno haciendo referencia a una disciplina que, dentro de unos
meses cumpliré 10 años de estar practicándola: el Performance.
Para tratar de contextualizar y precisar este término, permítanme recurrir a la voz autorizada de Richard Schechner, un investigador de los llamados Estudios de Performance. Con relación al sustantivo performance y su forma verbal to perform, refiriéndose a los pueblos anglófonos, nos dice lo siguiente: “En los negocios, los deportes, el sexo, to perform es hacer algo según una norma: tener éxito, sobresalir. En las artes, to perform es montar un espectáculo, una obra teatral, una danza, un concierto. En la vida diaria, to perform es aparentar, ir a los extremos, subrayar una acción para los que están mirando.”
Por igual, siguiendo a Schechner, el término se aplica también a otros ámbitos o situaciones: en los entretenimientos, en la tecnología, en el ritual (sagrado y profano), en el juego.
Vemos, pues, que por esos lugares, el término es una especie de sombrilla que cobija, prácticamente, cualquier conducta humana, la conducta animal, el rendimiento de una máquina, la eficacia de un medicamento… y en lo que respecta a lo artístico, performance es cualquier actividad que toque la esfera del arte. Ahora bien, dentro de esas manifestaciones artísticas, hay una disciplina en particular, que es a la que me vengo dedicando, que para que pueda llevarse a cabo precisa que el artista esté presente realizando una acción, en el aquí y en el ahora, con unas matizaciones que veremos más adelante. Esta disciplina se denomina Performance Art. Al termino “Performance” se le pone el apellido “Art”. Esto delimita lo que se trata.
En Latinoamérica, por su parte, no encontramos esa multiplicidad de aplicación del término como en los países de habla inglesa. Sólo lo empleamos para referirnos a lo que ya se mencionó como Performance Art, y en la generalidad de las veces, sólo nos limitamos a decir Performance, porque ya sabemos a qué nos estamos refiriendo.
Puntualizando: En el ámbito de habla inglesa, Performance es un término que se aplica a la acción o comportamiento en ámbitos diversos de la vida, incluyendo el del arte, y dentro de éste se tiene lo que se denomina Performance Art. En América Latina, sólo se le emplea en esa última acepción.
En cuanto al género del término, unos prefieren decir el performance, otros, la performance. Hay quienes prefieren, en cambio, la denominación de acción o arte acción, en vez de la de performance, pero hay quienes la emplean indistintamente. Además, hay quienes emplean ambas formas, pero estableciendo una diferencia: “performance”, en los casos en que el artista participa (está presente), y “acción”, cuando es otro u otros los participantes que echan adelante la propuesta conceptual del artista.
El presente texto no pretende ser un trabajo académico sobre esta disciplina, en el que se aborden los antecedentes, origen y evolución. No, serán unas líneas en las cuales expresaré ciertos puntos básicos que nos permitirán captar mejor de qué se trata el asunto, y a cuya práctica llegué mediante una lenta decantación de lo que me fueron aportando muchas personas en el transcurso de mi vida.
Como muchos de ustedes saben, mi formación artística está arraigada en la Danza. Empecé en la Escuela del Ballet Folklórico Dominicano (posteriormente, Nacional), bajo la tutela de Fradique Lizardo y Nereyda Rodríguez; luego, en el Ballet Santo Domingo, dirigido por Irmgard Despradel y, años después, en el Taller de Danza Moderna, dirigido por Eduardo Villanueva. Por igual, asistí a Ritmos, espacio de danza, dirigido por María Luisa (Marilú) Valdez y Nelia Barletta. Durante todo ese tiempo asistí, simultánea o sucesivamente, a cursos, talleres, seminarios… tanto de Danza como de Teatro, y de áreas relacionadas. Tenía hambre insaciable por saber.
Dirigí durante muchos años el Grupo de Danza de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, aquí en Santo Domingo, donde realicé mis primeras intentos coreografías, pero fue en varias de las ediciones del Encuentro de Coreógrafos Contemporáneos, producidos por la mencionada Ritmos, espacio de Danza, donde lo hice con profesionales de las artes escénicas.
En mis primeras piezas, como es de suponer, estaba influido por mis profesores, mas, al pasar el tiempo, esos visos se fueron atenuando, y fue surgiendo una voz más personal. Amén de conversaciones con amigos y compañeros, en esto tuvo mucho que ver mi participación en el Primer Taller de Integración de las Artes Escénicas, en 1996, impartido por el español Guillermo Heras, quien hoy nos honra una vez más con su presencia. Eso me cambió el mundo. Vi que las cosas podían hacerse de modos diferentes, y ser todos válidos. Mi campo de acción se me ampliaba. Fruto de esto fueron las piezas que presenté en el mencionado Encuentro de Coreógrafos.
Pasarían 10 años, desde la experiencia con Heras, para que me viera ante otro hito en mi vida creativa: En 2006, cursé el Diplomado en Estudios de Performance, coordinado e impartido por la doctora Maja Horn, en la Facultad Latinoamericana de Estudios Sociales (FLACSO), aquí en Santo Domingo. Mis búsquedas creativas se enrumbaron por la senda del Performance.
Haciendo acopio de todo lo aprehendido en mis años de formación conceptualizo y realizo mis primeros performances. Desde entonces, muchas personas me preguntan que qué es eso, y, a veces, ni el nombre les suena. Al tratar de explicarle, he optado por decir algo que no es, poniendo como referente al Teatro. Me explico.
Les digo que en una obra de teatro, en una película o en una telenovela, los que trabajan en ellas representan a alguien, esto es, actúan el personaje que les ha sido asignado. En el Performance, en cambio, el artista presenta una acción. Es el artista mismo, como él, como persona, no como un personaje, que realiza una acción que construye como metáfora.
Además, está el simulacro. En el teatro, nadie se corta, nadie se emborracha. En el Performance, en cambio, cuando un artista se corta, pues, se corta de verdad; si se embriaga, pues, toma alcohol de verdad. Esto así, a menos que el hecho mismo de simular sea parte conceptual de la pieza, y el espectador así lo capta.
El performance es un arte vivo que regularmente se nutre de elementos provenientes de diversos medios, utilizándolos como instrumentos para su gestación. Así, puede recurrir al teatro mismo, a la poesía, a la danza, a la música, a la pintura, la artesanía… pero, no es ninguna de estas disciplinas. Además, puede recurrir a cuantos recursos técnicos y parafernalia le sean pertinentes. Se conjuga todo para darle así forma a la pieza, pero teniendo como soporte principal el cuerpo de artista.
Los temas que abordan son tan diversos, como diversas son las situaciones que ocurren en la vida misma. Cualquier cosa puede ser objeto de un performance. Es tarea del artista conceptualizarlo de modo riguroso, y ofrecerle al público unos códigos claros para que éste pueda hacer la lectura de la pieza. Lectura ésta que no necesariamente tiene que coincidir con lo pensado por el artista. Cada uno mira las cosas dependiendo del bagaje que traiga a cuestas. Asuntos relativos a situaciones personales o familiares, sociopolíticos, de género, de violencia, de gratitud… insuflan vida a la propuesta del artista.
Encontramos artistas que también son activistas de alguna causa, y conjugan ambas cosas en sus proyectos, con resultado artístico aceptable, en unos casos, y en otros, con una lectura bastante directa por parte del público, ya que lo que prima en ellos es que el público se involucre de manera llana con lo planteado, aunque se tenga que sacrificar el valor estético, el valor artístico.
Las piezas pueden tener una duración de pocos minutos o ser, en cambio, performance duracionales, esto es, que se extienden por horas, días, semanas, meses e, incluso, años. Ser realizados bajo techo, o en exterior, haciendo suyos los parques, calles, plazas comerciales, ríos, playas, cementerios, montañas… en fin, cualquier lugar que se avenga al tema tratado.
Sea cual sea el sitio en que se hagan, un factor a tener en cuenta, es el público. Éste puede asistir respondiendo a una invitación personal o a una convocatoria abierta; o puede ser un público cautivo; o, al artista irrumpir en algún lugar, los allí presentes constituirse en público; o, si es en una calle, los transeúntes convertirse en tal.
●Sole Fermín, Penitencia (2013). Proyecto Hello Krisis |
Las imágenes que vimos a velocidad rápida al principio son todas performances en el sentido amplio que les dan los anglosajones. Entre ellas se encuentran algunas de Performance Art, y otras, que sin serlo, podrían, de entrada, hacernos creer que sí lo son. Uno como espectador no sabe a ciencia cierta si son una cosa o la otra. En estos casos saber el nombre y trayectoria de quien lo realizó o planificó podría ayudar a dilucidar esto, como también, y de manera preponderante, conocer por qué llevó a cabo tal acción. Con esto último nos referimos a la intención. Por ejemplo, cargar una cruz puede ser el medio que elija una persona cualquiera para, simplemente, protestar por cualquier necesidad del momento, sin que esté pensando que eso es arte; o, por el contrario, quien carga ese objeto puede hacerlo, tal como lo realizó la artista puertoplateña Sole Fermín, como una metáfora con fines estéticos, con la intención de hacer una propuesta artística.
A seguidas veremos y comentaremos imágenes de documentación fotográfica de algunas piezas de 9 artistas, que ilustran puntualmente las cosas a las que me he referido en el texto. Empezaremos con los artistas del patio:
Eliú Almonte (San Francisco de Macorís,1970). Artista multidisciplinario. Vive y trabaja en Puerto Plata. Veremos la documentación y comentaremos estas dos piezas:
● Monsanto Smoothie (2013). Festival Internacional de Performance de Miami |
● Rudo Nerusununguko (2015) [“Paz y amor”, en lengua shona]. Goethe Institute, Harare / Zimbabwe |
Lina Aybar (Santo Domingo, 1970). Con formación en artes visuales. Inició su carrera en el Performance en 2006. Veremos la documentación de dos de sus piezas:
Sayuri Guzmán (Santo Domingo, 1976). Estudió Historia del Arte, y empezó a trabajar en el Performance en 2006. Haremos referencia a dos de sus piezas:
● Para entender el vacío (2014). Arte de Incertidumbre, Festival Internacional de Performance |
● Postración (2015). Realizado en el Festival Internacional de Performance INDEX |
David Pérez Karmadavis (Santo Domingo, 1976). Artista multidisciplinario, desarrolla su obra en los campos del performance, pintura, dibujo, grabado, cerámica y video. Reside y trabaja en Guatemala. De él veremos dos de piezas:
● Al tramo izquierdo (2006). Realizado dentro del proyecto “La ruta de la Performance” |
● Estructura completa (2010). Pieza participante en el XXIII Concurso de Arte Eduardo León Jimenes. (MENCIÓN DE HONOR) |
Jochi Muñoz (San Francisco de Macorís, 1954). Veremos dos de sus piezas:
● 12 mujeres doblando 12 pantaloncillos durante 127 minutos (2012). Festival internacional de Performance INDEPENDENCE.DO |
● Duarte, después de Zhang Huan (2016). Festival Internacional de Performance INDEPENDENCE.DO |
Francis Taylor (Santo Domingo, 1972). Con formación en teatro, desarrolla su obra de Performance (aunque no con la asiduidad que nos gustaría verlo), en paralelo con sus labores en el activismo LGBT y en las de políticas públicas en el área de drogas. Veremos de Francis:
● ...aún la nave del olvido… (2011, 2012 y 2014) |
● Punto de cruz (2009). XXV Bienal Nacional de Artes Visuales, Santo Domingo |
Los próximos tres artistas son de tres puntos de América Latina:
Regina José Galindo (Ciudad de Guatemala, 1974) nace en la Ciudad de Guatemala donde reside y trabaja. Es una artista visual especializada en Performance Art, y autora de textos poéticos. Su trabajo explora las implicaciones éticas de las injusticias sociales, relacionadas con discriminación racial, de género y abuso de poder. Veremos dos piezas:
● El peso de la sangre (2004). Plaza Central, Ciudad de Guatemala |
● Looting (2010). Comisionado y producido por House der Kulturen der Wetl. Berlín |
Lorena Wolffer (México, 1971) es una artista y activista cultural mexicana. Su obra, en general, es de denuncia y una muestra para concientizar sobre la situación real de la mujer, por lo que aborda la violencia de género, los estereotipos femeninos y los prejuicios sociales. Comentaremos estas dos piezas:
● Evidencias (2010). (Instalación expuesta en varios museos de Ciudad México) |
● Muros de réplica (2010) |
Juan Montelpare (Valcheta, Argentina, 1979). Estudió teatro, títere, artes plásticas y artes visuales. Trabaja en diferentes medios y disciplinas como performance, composición e intervención urbana, dibujo, pintura, instalaciones, fotografía, teatro, títeres, video documental entre otras. Autor de textos teatrales y de performance. Haremos referencia a dos de sus piezas:
● Suave caricia de ciudad (2015). Forma y Sustancia, Festival Internacional de Performance. San Salvador, El Salvador |
● De la serie “Formas de amar” (2014). Lugar Común, Encuentro Internacional de Performance en la Mitad del Mundo. Quito |
Luego de haber visto y comentado este muestrario de piezas, concluiré señalando algunas de las ideas que, en lo personal, tengo en mente en mi proceso creativo. Como todos sabemos, el arte existe para comunicar una verdad. La cantera de la que me nutro para decir esa verdad está en mi biografía. Parto de mi cotidianidad actual o pasada (o de la de mi familia, mis amigos o mis allegados), de la cual tomo un hecho cualquiera, el que descontextualizo, fragmento, sobrevaloro en parte, desestimo en otra, recompongo, para, finalmente, ofrecer mi versión personal del mismo.
El resultado es una obra estructurada de modo que no se quede como mera regurgitación de lo personal (lo que en definitiva sólo a mí interesaría), sino, de forma que el espectador tenga varias opciones de lectura. Puede que no comprenda de inmediato el porqué de esa cosa por mí presentada. Lo que espero es que se marche a su casa con el gusanillo de la interrogante, y que, eventualmente, pueda extrapolar lo planteado en la obra, a planos alejados de lo meramente personal del artista. Esto es válido tanto para el Performance como para la Danza.
¡Buenas tardes, y muchas gracias por su atención!
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