lunes, 17 de enero de 2022

«Los andares de Graciela », por Jochi MUÑOZ




[Estoy participando en el proyecto «I N T E R T E X T U A L E S: Entre performances y acciones latinoamericanas, 2020-2021», gracias a la invitación de sus gestores y curadores Ruth Vigueras Bravo (mexicana) y Milton Afanador Alvarado (colombiano).  

Los artistas que toman parte fueron emparejados para que establecieran un acercamiento reflexivo sobre la obra y la trayectoria de su respectiva pareja. Esto daría como fruto un texto que acompañaría en off un video que cada quien debía realizar previamente. 

 

En mi caso, me tocó formar pareja con una destacada artista y gestora argentina, Graciela Ovejero Postigo, de la que escribí el texto que acompañó su video, y que comparto ahora en este blog] 



I N T E R T E X T U A L E S: Entre performances y acciones latinoamericanas, 2020-2021 

 

 

Los andares de Graciela 

Por Jochi MUÑOZ, de República Dominicana 

 

 

Cuando supe con quién haría pareja en INTERTEXTUALES me quedé pensando en esta suerte que me tocó. Dudé, lo reconozco, y es que ante el corpus de trabajo de Graciela Ovejero y Postigo (así, con la «y» conjunción entre sus apellidos) cualquiera se amilanaría, pero… me dije: «¡Pecho!», y aquí estoy externando las siguientes consideraciones.  

 

Empezaré hablando no de la acción que ella preparó para la ocasión, sino de una anterior, «Matahambre, plato argentino» (2020), donde sostiene un  libro del que lee: «…en ese sentido elevado y completo, la única civilización que merece tal nombre es la civilización cristiana, puesto que colma en forma insuperable las necesidades materiales y espirituales de la humanidad», y, más adelante, pica papas sobre él, las que coloca entre sus páginas y las adereza, y con una cuerda lo ata fuertemente, a modo de rollo, para, finalmente, macerarlo golpeando la portada antes de ponerlo a cocer dentro de un caldero. Sólo haciendo tal, podría ser tragada y digerida esa concepción de cultura contenida en el libro «Historia de la civilización», de SARTHOU y MOURIÉ, con que Graciela estudió.  

 

¿Por qué resalto en este diálogo de INTERTEXTUALES esta parte de esa pieza? Pues, porque la veo per se como una intención de artista. Y es que el cuestionar, el ir en contra de ciertos juicios (más bien, prejuicios), el inquirir, el contrastar criterios, el hablar, hablar, hablar… buscando provocar en el otro el deseo del intercambio productivo de pareceres, del desmontaje de cosas como las que plantea el libro citado… todo esto lo encontramos en las actividades varias que llenan el día a día de Graciela.  

 

Ella nace en el norte de Argentina; vive por 25 años en California; regresa a su tierra; fue solista y profesora de ballet; se  forma en teatro; realiza estudios de música; logra una licenciatura y un máster en Bellas Artes; incursiona en la pintura, escultura, arte objetual, instalación, fotografía, video, performance… hasta llegar a definirse como una artista transdiciplinaria, y, agregamos, que trans e intercontinental, ya que viaja asiduamente a festivales, encuentros, curso, talleres…  

 

Pareja a sus actividades artísticas está la de gestora cultural, teniendo como centro de operaciones a «Peras de olmo – Ars continua», espacio que funda y dirige, destinado exclusivamente al estudio, difusión, promoción del arte acción, con sede en Buenos Aires. 

 

Aún no he tenido la oportunidad de coincidir personalmente con Ovejero. La impresión que de ella me he formado ha sido a través del material colgado en la red: entrevistas, conversatorios, lectura de ciertos escrito de su autoría, consideraciones emitidas por otras personas, y, por supuesto, el visionado de sus performances. Destaca, cuando ella está en el rol de entrevistadora, su manera de inquirir, de hurgar, para lograr del interlocutor que ofrezca mayores detalles sobre lo tratado. Y hace eso, sin dejar de ser acuciosa, con una suavidad que me maravilla.  

 

En su declaración de artista ella señala: «Actualmente anido en el campo pluriversal del arte-acción/performance-art como “artista”/artesana ofrendadora del resiliente renaciente Abya Yala. Soy una persona feminista que hace arte fuera de las lógicas de ‘carrera y éxito’. Mi trabajo en performance es de naturaleza secuencial, no repetible y mayormente de sitio específico. Mi cuerpo pide encarnar metáfora.» 

 

Y metáfora es, justamente, lo que nos muestra en «Desambiguación del intervalo (2)», 

video que preparó para este proyecto de INTERTEXTUALES. Resulta ser una de esas cosas de las que uno dice: ¡Cómo no se me ocurrió! Y es que es pura poesía.  Un texto en imágenes abierto a una, a otra, a otra, a otra… lecturas. Y en todos los caso, veo a la Graciela trashumante; a la Graciela que carga su bagaje académico; a la Graciela que carga su bagaje artístico; a la Graciela que lleva sus vivencias de la periferia al centro, del centro a la periferia… en fin, al ser humano que lleva y deja; al ser humano que reemprende sus andares entre pliegos y recovecos de esos mundos no sólo de Dios, sino, también, de todas las cortes de «demonios»: agitadores, desobedientes, manifestantes, cuestionadores… en definitiva, de hombres y mujeres comprometidos, de aquí, de allá y de acullá. 

 

 

 

Graciela Ovejero Postigo, de Argentina, por Jochi Muñoz, de República Dominicana, para I N T E R T E X T U A L E S: Entre performances y acciones latinoamericanas, 2020-2021. 

 

 

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario